El perro salvaje africano o lycaón es conocido por su nombre científico como Lycaon pictus y pertenece a la familia de los Canidae.
Este animal se puede conocer por diferentes nombres, en griego antiguo «licaón» significaba “lobo», al que se le añadió la palabra “pictus» que en latín significa “pintado». Por este motivo es muy común que lo conozcamos como el lobo pintado en países de habla hispana, y como perro salvaje africano o perro hiena para países de habla inglesa.
Como veremos a continuación, tiene un patrón de manchas muy singular que le da el nombre a este animal, su jerarquía dentro de una manada y la potencia de sus mandíbulas también son aspectos curiosos a tratar.
Si te gustan los cánidos ya hemos hablado en otras ocasiones sobre las diferencias entre el lobo y el perro.
Características del perro salvaje africano
El color de este perro es lo que le da el nombre, tiene un pelaje tricolor con manchas ocres, negras y blancas que se distribuyen de forma irregular por todo su cuerpo. Se exceptúa su cara y su garganta; estas zonas siempre serán negras. Es muy fácil distinguirlo de otros perros gracias a sus colores, pero también al color de su cola. La última mitad de la cola del perro salvaje africano siempre va a ser blanca.
El lycaón tiene las orejas enhiestas y muy redondeadas al final. Su mandíbula está mucho más desarrollada que la de otros perros. Tiene un total de 42 dientes que le van a ayudar durante la caza y su alimentación como se verá en el siguiente apartado.
En cuanto a su tamaño son una especie de tamaño medio si lo comparamos con otros animales de la familia Canidae. El perro salvaje africano puede medir 75 cm o más y pesar más de 35 kg. Las hembras pueden ser un poco más pequeñas, aunque no por norma general.

El perro salvaje africano es un animal muy social al que le gusta vivir en manadas, aunque la jerarquía entre los individuos está muy marcada. El comportamiento se centra en torno a una pareja reproductora. Toda la manada está subordinada a dicha pareja.
Alimentación
Como su propio nombre indica, es un animal salvaje, por lo que necesita cazar para poder alimentarse. Son unos animales diurnos que cazan durante el día persiguiendo a sus presas hasta el agotamiento, tienen un físico excepcional por lo que saben que siempre van a ganar en este aspecto.
Un aspecto curioso del perro salvaje africano es la forma de alimentar a las crías, muchos de ellos almacenan en su estómago la comida que acaban de cazar y luego la regurgitan para sus crías. Toda la manada colabora en esta tarea.
La dieta del lycaón es puramente carnívora, sus colmillos son afilados y sus mandíbulas muy fuertes para poder desgarrar la carne.
Dentro su dieta podemos destacar gran variedad de presas. Se pueden alimentar del cadáver de cualquier animal que se encuentren en su camino. Sus presas más comunes son el impala, crías de ñúes, el kob, terneros de búfalo africano, las gacelas y el antílope. En caso de no encontrar estos animales, también se pueden alimentar de pequeñas presas como liebres o conejos.
Hábitat del perro salvaje africano
El perro salvaje africano vive especialmente en el África subsahariana, aunque no le gustan las zonas de desierto muy secas. Hace unas décadas podíamos encontrar ejemplares de este animal en muchas partes de África, incluyendo el Serengueti. Ahora su hábitat se reduce a zonas puntuales, teniendo su mayor área en Botswana; como en el delta del Okavango y otras zonas del Kalahari.
La tendencia de este animal es a emigrar hacia el sur de África y el sur oriental, en concreto hacia países como Zimbabue y Namibia. El perro africano es un animal muy nómada que siempre busca zonas en las que encuentren mejores condiciones de vida, por eso es complicado dar una cifra exacta de cuántos ejemplares existen en realidad.
En África Central cada vez podemos encontrar menos manadas de lycaón. Hay registros de que hubo presencia en países como Chad, Guinea Ecuatorial, República del Congo y Gabón. En la actualidad está prácticamente extinguido en estas zonas.

El hábitat tan difuso del perro salvaje africano hace muy complicado que se lleven a cabo planes de protección o que se puedan agrupar en reservas naturales donde se asegure la perduración de su especie.
Peligro de extinción del perro salvaje africano
El perro salvaje africano está dentro de la lista roja de los animales en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. El carácter nómada de este animal hace muy complicado dar una cifra exacta de ejemplares que existen en el planeta. Se estima que pueden existir unos 6.000 ejemplares. Estas poblaciones están diseminadas por todo el continente africano, lo que hace aún más difícil su recuento.
El motivo principal por el que el lycaón está en peligro de extinción es el ser humano. El perro salvaje africano es un foco fácil de la caza furtiva. Podemos encontrar manadas diseminadas dentro de todo el continente africano, por lo que es más fácil cazarlo al no tener un hábitat definido.
La propagación de epidemias es otra de las causas por la que el perro salvaje africano está en peligro de extinción.
Este animal es muy vulnerable a grandes depredadores como el león, el tigre, las hienas, los cocodrilos y en menor ocasión los leopardos. Siempre tratan de mantenerse alejados de ellos. Las manadas de los perros africanos no suelen ser de más de 10 individuos (aunque pueden ser mayores), lo que dificulta que se puedan defender de estos ataques. Este animal es totalmente vulnerable si está solo frente a estos depredadores.