El tiburón peregrino, cuyo nombre científico es Cetorhinus Maximus, es el pez más grande del Mar Mediterráneo y el segundo más grande del mundo, donde únicamente le supera el tiburón ballena.
Si te gusta el mundo marino te recomendamos visitar nuestro artículo de animales acuáticos en peligro de extinción. También hemos hablado de otros tiburones, como el mako o el tiburón tigre.
- ¿Cómo es el tiburón peregrino?
- Dónde vive
- Qué come el tiburón peregrino
- Reproducción
- Una especie en peligro
¿Cómo es el tiburón peregrino?
La característica más específica y llamativa del tiburón peregrino es su hocico cónico, el cual es redondeado en la punta y algunas veces tiene la punta blanca. Dicho hocico es abierto y mide 1 metro de diámetro.
A pesar de que pueda parecer un gran depredador, su boca contiene 100 dientes pequeños y puntiagudos que miden unos 6 milímetros en cada fila.
Sus dientes son así debido a que se alimentan pasivamente, filtran el zooplancton y los peces pequeños a través de sus branquias.
Contiene 5 hendiduras branquiales alrededor de la cabeza, las cuales son también de un tamaño muy considerable. En cada uno de los arcos branquiales dentro de las hendiduras, podemos encontrar branquiespinas.

El tiburón peregrino tiene una gran aleta dorsal de forma triangular pero su borde es apical y también tiene una aleta anal de un tamaño muy considerable.
Otra cosa muy característica de esta especie es el color de su piel, la cual puede ser marrón oscuro, azul o casi negra en el dorso y tiene una tonalidad blanca en la zona del vientre.
Su cuerpo está cubierto de escamas placoideas y de una sustancia viscosa que recibe el nombre de mocus.
¿Cuánto mide el tiburón peregrino?
Tal y como hemos mencionado anteriormente, el tamaño de este pez es muy considerable. Mide 6 metros de largo aproximadamente y puede alcanzar hasta los 9 metros de longitud. Pesa entre los 3.500 y los 4.000 kilos.

Sin embargo, pese a sus grandes dimensiones, puede alcanzar altas velocidades en periodos de tiempo muy breves e impulsar todo su cuerpo fuera del agua, saliendo fuera de ésta a un gran velocidad.
Es importante destacar que el tiburón peregrino hembra es mucho mayor que el macho.
El hígado de este animal forma parte de hasta el 25% del total del peso y se cree que sirve principalmente para regular la flotabilidad y para almacenar la energía.
Dónde vive
Aunque podemos ver al tiburón peregrino prácticamente en cualquier lugar del planeta, es un animal nativo del Océano Atlántico y del Océano Pacífico, donde habita en aguas frías y templadas que se encuentra a una temperatura entre los 8 y los 15 grados.

Podremos encontrarlo en los mares templados y tropicales.
Normalmente se encuentra cerca de la superficie marina ya que se alimenta de animales minúsculos en aguas superficiales, pudiendo llegar a filtrar cada hora el equivalente a una piscina olímpica.

Durante el invierno se aleja de las costas y se sumerge en las profundidades de los océanos.
Esta especie es conocida por las migraciones transoceánicas y transecuatoriales en algunas estaciones del año.
Dichos movimientos migratorios, están muy relacionados con la abundancia de plancton. Aunque también estos movimientos están relacionados con la temperatura del agua.

Es en el mar Mediterráneo donde se ha visto un mayor número de esta especie, concentrados en los meses de primavera hasta finales de verano, lo cual podría estar relacionado con el aumento de la concentración fitoplanctónica.
Dicha concentración aumenta durante estos meses. Se cree que durante unos meses del año podría estar en hibernación en aguas profundas.
Qué come el tiburón peregrino
Aunque por su gran tamaño y por su aspecto pueda parecer que se alimenta de especies de gran tamaño, tal y como hemos mencionado anteriormente, esta especie se alimenta pasivamente.
Ingiere grandes cantidades de agua, de las cuales filtra el zooplancton y los peces pequeños e invertebrados.
Su alimento se encuentra muy cerca de la superficie del agua, por ello, siempre se suele ver al tiburón peregrino en la superficie.
No busca activamente su fuente de alimentación. Sin embargo, sí que poseen bulbos olfatorios que les ayuda a orientarse en la dirección donde se encuentra su comida.

Como en épocas más frías el zooplancton escasea, el animal debe migrar a zonas más bajas para encontrar el alimento o desplazarse miles de kilómetros.
El tiburón peregrino filtra el plancton del agua, y de esta forma consigue su alimento. Una vez ha hecho este proceso de filtración, expulsa el exceso del agua a través de unas rendijas verticales.
Reproducción del tiburón peregrino
La reproducción es ovovivípara, por lo que se ponen los huevos en el interior de la madre hasta que el embrión está totalmente desarrollado.
El periodo de gestación dura más de un año y pueden nacer de 2 a 6 crías y, normalmente, la época de reproducción coincide con el comienzo del verano.

Esta especie alcanza la madurez sexual aproximadamente a los 10 años. Es curioso que no intentan reproducirse antes, ya que no tienen la suficiente madurez en sus órganos para poder tener descendencia.
El tiburón peregrino, una especie en peligro de extinción
Debido a la gran tolerancia que tienen a la presencia de los seres humanos y a que no es un animal para nada peligroso, se le puede ver muy cerca de los seres humanos.
Esto ha provocado que sea objeto principal de caza indiscriminada y víctima de la sobrepesca. Como a otros animales, el cambio climático también está afectando constantemente a su entorno.
Este animal tiene una gran rentabilidad, ya que al ser de un tamaño tan elevado, se obtiene de él grandes cantidades de carne y muchos miles de litros de aceite.
Su carne se utiliza tanto para la alimentación como para la harina de pescado.
Además, la piel también tiene un gran interés comercial. Otras partes de su cuerpo como las aletas o el cartílago, se utilizan tanto para la alimentación como para la medicina tradicional de algunos países asiáticos.
La gran persecución que ha tenido, ha provocado que sus poblaciones se reduzcan considerablemente y esté protegido en muchos países.
El tiburón peregrino está catalogado como amenazado en el océano Atlántico. Asimismo, está catalogado como una especie vulnerable en el mar Mediterráneo por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza.
Es importante conocer a dicha especie y proteger tanto a su población como a su hábitat para evitar su completa desaparición. Debemos conocer y proteger la Tierra, nuestra casa. No tenemos otra.